Muchas veces me he preguntado cómo es que llegamos construir un amor de pareja que nos hace tanto daño, que lejos de invitarnos a potenciar nuestras fortalezas, se ha convertido en un aspecto que marchita nuestras ganas de estar en la vida. ¡Hablemos sobre eso!
En mi consulta acostumbro a recibir a muchas personas, todas con diferentes preguntas sobre estar en pareja “¿cómo le hago para que el amor no me duela tanto?, ¿por qué me cuesta tanto dejar ir a mi ex?, ¿cuáles son las mejores estrategias para que mi relación sea duradera?, ¿cómo hacer para escoger una buena pareja?, ¿será que puedo volver a confiar?, ¿porqué duele tanto irme de esta relación?, ¿porqué duele tanto amar?”
Trato de escuchar y me devuelvo esas preguntas con curiosidad… y conecto con la tristeza en mi pecho. Y por otro lado, con la frustración en mis manos. Porque es evidente que muchas ideas y conceptos que tenemos sobre el amor, la pareja y la vida compartida provienen de un paradigma que no es útil. Que fue útil en el pasado, pero hoy ya no lo es.
Me pregunto más bien: ¿cómo es posible que en un mundo tan globalizado y con avances tecnológicos, con AI, con tantos modelos nuevos y modernos sobre cómo vivir mejor, nos sigamos resistiendo a toda costa para actualizar nuestro modelo de amor en pareja?
Como dice Joan Garriga: “La pareja no nos va a dar la felicidad, pero nos puede ayudar a crecer. De hecho, creo que la pareja es un espacio ideal para el crecimiento de las personas, pues con ella nos despedimos del niño o la niña que fuimos e ingresamos en el mundo de los adultos".
En realidad si queremos construir amores que nos nutran, tenemos que empezar entendiendo 5 premisas fundamentales:
El amor no es un sentimiento.
El amor es una conducta. Es un conjunto de comportamientos.
Amar no es suficiente para sostener una relación de pareja.
El buen amor solo está disponible para personas adultas.
El amor solo se expande si tiene como base la libertad.
Una amiga siempre me dice que yo le quito lo romántico al amor. Y tiene razón. Porque la evidencia demuestra que el romanticismo nos mantiene infantilizadxs y de paso, llena de estrés, ansiedad y de codependencia la vida de las personas.
La cuestión es, que la mejor parte de ser pareja es que vas a trabajar constantemente en tu forma de ser adulta/o. Y para lograrlo, es necesario integrar un enfoque más práctico y enfocado en tus necesidades. Por que aunque estemos en pareja, el crecimiento siempre es responsabilidad individual.
Con la pareja como vínculo crucial seguimos descubriéndonos, encontrándonos a nosotrxs mismxs. Sólo podemos encontrarnos a través de la intimidad, a través de la otra persona, dispuestxs a ser confrontadxs y desnudadxs en ocasiones.
El vínculo florece en la igualdad entre ambas personas, cuando entendemos e interiorizamos que siendo una persona adulta elijo a la otra persona y decido seguir compartiendo camino; y al mismo tiempo, siendo muy consciente que mi pareja, como persona adulta me elije… y que un día podríamos ya no elegirnos.
Es diferente elegir ser pareja y decidir libremente, a tener que seguir en la relación por miedo a la soledad, por miedo a vivir el “fracaso”, por miedo a sentir abandono, por vivir en la apariencia, por miedo a ser responsable de mi vida, o por carecer de independencia financiera. Porque cuando lo segundo sucede, no hay una relación de igualdad, debido a que unx depende del otrx. Y eso solo nutre relaciones materno-filiales o paterno-filiales. Donde uno de los dos tiene más poder. Y ahí no hay pareja.
La mejor parte de estar en pareja no es tener pareja, ni lo es el afecto, la compañía, la familia, ni el enamoramiento, la seguridad o la estabilidad. Porque esos son las necesidades de la niñez (donde dependemos de otrxs para satisfacerlas, porque no podemos garantizarlas de forma independiente).
La mejor parte de estar en pareja, es que es el espacio para:
VOLVERTE ADULTA/O.
Fortalecer tu independencia emocional.
Potenciar el trabajar en equipo.
Darte el permiso de explorar tu placer y sexualidad.
Devolverte tu valor esencial y priorizarte.
Mejorar herramientas de comunicación para transformar conflictos.
Tomar decisiones.
Comunicarte con claridad.
Honrar tu pasado y transformar patrones.
Saber cuando es momento de soltar.
Donde también podés cambiar de decisión y escoger otro camino.
Ejercer tu derecho a la libertad.
Y para mejorar y sostener tu independencia financiera.
El amor romántico es profundamente machista y violento, porque en su base está la fantasía de amores irreales, donde unx se da en adopción a otrx, con el anhelo de “ser felices”. En su base está la desigualdad. Y asi, solo se puede sufrir.
Y para dejar de sufrir, tenemos que reescribir nuestra historia y asumirnos protagonistas.