Hay conversaciones que asustan, pero también liberan.
Hablar de nuestras fantasías sexuales puede ser una de ellas.
Y sin embargo, cuando lo hacemos bien, con cuidado, honestidad y curiosidad, puede convertirse en una puerta directa hacia una intimidad más profunda, erótica y libre.
La fantasía no siempre es una intención. No siempre es un deseo que “quiero actuar”. A veces es solo una imagen, un juego mental, un territorio privado que nos estimula, que nos toca partes de nosotras mismas que a veces no tienen lugar en la vida cotidiana.
Pero claro… ¿cómo hablo de eso sin miedo al juicio? ¿Cómo traigo este tema si nunca lo hemos hecho? ¿Cómo abro la conversación sin que la otra persona se sienta insegura o desplazada?
Eso es lo que quiero compartir con vos hoy.
La fantasía no es traición, es imaginación
Muchas veces se confunde el hecho de tener una fantasía con “no estar satisfechas con lo que tenemos”. Pero no es así. La fantasía no surge necesariamente por una carencia, sino por el deseo de explorar algo distinto, algo simbólico, algo que quizás no tiene lugar en la rutina, en lo doméstico, en lo controlado.
Hay fantasías que tienen que ver con el juego de roles, con escenarios de poder, con otros cuerpos, otras dinámicas, incluso con situaciones que no necesariamente querríamos experimentar en la vida real. Y eso no las hace “malas”, “incorrectas” ni “peligrosas”. Solo son partes de nuestra mente que nos hablan en el lenguaje del deseo.
Explorar nuestras fantasías, incluso a solas, nos permite conocernos mejor. Nos revela partes de nuestra historia, de nuestras heridas, de nuestros anhelos más profundos. Y cuando tenemos el privilegio de hacerlo con una pareja que nos escucha, se abre una oportunidad para reinventar el deseo juntos.
¿Cómo hablar de fantasías sin romper la intimidad?
Abrir esta conversación no se trata de decir “esto es lo que quiero hacer ya”, sino de generar un espacio donde ambas personas puedan expresarse sin miedo a ser ridiculizadas o rechazadas. Es una práctica de intimidad emocional tanto como de deseo.
Acá algunas claves para una comunicación abierta y segura:
🔸 Elegí el momento adecuado. No lo traigas en medio de una discusión o cuando la otra persona está distraída. Buscá un momento de conexión y calma.
🔸 Hablá desde vos. No acuses ni señales. Usá frases como: “Últimamente he estado pensando en esto…”, “Hay algo que me gustaría compartir y que me da un poco de nervios”.
🔸 Nombrá la incomodidad. A veces decir “me da vergüenza hablar de esto, pero confío en que lo podemos conversar con cariño” ya genera un marco de cuidado.
🔸 Respetá los límites del otro. Escuchar una fantasía no obliga a actuarla. Es un terreno que se explora desde la libertad, no desde la presión.
¿Cómo hablar de fantasías sin romper la intimidad?
Abrir esta conversación no se trata de decir “esto es lo que quiero hacer ya”, sino de generar un espacio donde ambas personas puedan expresarse sin miedo a ser ridiculizadas o rechazadas. Es una práctica de intimidad emocional tanto como de deseo.
Acá algunas claves para una comunicación abierta y segura:
🔸 Elegí el momento adecuado. No lo traigas en medio de una discusión o cuando la otra persona está distraída. Buscá un momento de conexión y calma.
🔸 Hablá desde vos. No acuses ni señales. Usá frases como: “Últimamente he estado pensando en esto…”, “Hay algo que me gustaría compartir y que me da un poco de nervios”.
🔸 Nombrá la incomodidad. A veces decir “me da vergüenza hablar de esto, pero confío en que lo podemos conversar con cariño” ya genera un marco de cuidado.
🔸 Respetá los límites del otro. Escuchar una fantasía no obliga a actuarla. Es un terreno que se explora desde la libertad, no desde la presión.
Explorar no es actuar: es ampliar el mapa erótico en común
Una pareja que habla de sus fantasías no necesariamente las realiza todas. A veces solo compartirlas ya activa el deseo, renueva la complicidad, reaviva el juego.
El poder está en animarse a nombrar lo que suele ser tabú, sin que eso rompa la conexión, sino que la profundice.
Cuando dejamos de vivir la sexualidad desde el deber o desde el automático, y la transformamos en un espacio de creatividad, curiosidad y conversación, el deseo deja de apagarse con los años. Puede cambiar, pero no tiene que morir. Se transforma cuando nos atrevemos a imaginar juntos.
Y cuando la fantasía se convierte en conversación, el erotismo deja de ser solo piel: se convierte en un diálogo con lo más humano de cada quien.
💡 Herramientas prácticas para iniciar estas conversaciones:
Escriban cada quien una lista de 5 fantasías o curiosidades que no necesariamente quieran hacer, pero que les gustaría compartir. Intercambien las listas y hablen sobre ellas.
Usen juegos de cartas o preguntas eróticas para abrir la conversación de forma más lúdica. Hay muchos decks diseñados para esto.
Lean juntos literatura erótica suave y conversen sobre qué partes les excitaron o les sorprendieron.
Establezcan acuerdos de seguridad y límites, antes de explorar cualquier cosa nueva. Eso da contención y confianza.
Normalicen hablar de lo que desean, aunque no estén seguros de si es “raro” o no. La sexualidad es un territorio único para cada persona.
💬 Para cerrar...
¿Te animás a conversar con tu pareja sobre tus fantasías?
¿Qué necesitarías para sentirte segura, libre y cuidada en ese diálogo?
Contame en los comentarios o por mensaje privado. Este tema merece ser hablado con más libertad y ternura. Nadie nos enseña a hacerlo, pero podemos aprender juntas. 💌
Y si este tema te resonó…
✨ En mayo abrimos la nueva edición de mi programa Amor Consciente: un espacio para transformar la forma en que amás, te vinculás y compartís el deseo.
Será la única edición del año. Y me encantaría que estés. 💜